El mago Juan
Tamariz olvidó días atrás en el Teatro Cervantes de Málaga el conejo que
utiliza para uno de sus números del espectáculo “Magia Potagia”. La señora de la limpieza lo encontró–al
conejo, que no al señor Tamariz- junto al cesto de la papelera y denunció los
hechos a la asociación protectora de animales. Este reportero, siempre al filo
de la noticia, se ha puesto en contacto con el susodicho conejo y ha mantenido
con él la conversación que se reproduce en las líneas siguientes.
.- ¿Usted cómo
se siente, víctima de un despiste o de un abandono?
Vamos a ver,
criatura, aunque conejo, yo soy actor de teatro, un obrero de las tablas, claro
que soy víctima de abandono. A los de mi oficio, en cuanto te descuidas, nos
olvidan en el cesto de la papelera, sobre todo el día de paga.
.- ¿Qué le pasó por la cabeza cuando apagaron las luces del
teatro y comprendió que nadie vendría a por usted?
No daba crédito
a lo que me estaba ocurriendo. Había oído a otros compañeros que estas cosas
ocurrían pero nunca imaginé que podría pasarme a mí. No es por presumir, pero
yo, hasta ayer mismo, era una estrella. Salía de la chistera y todo eran risas
y parabienes. La gente me adoraba. Y, de repente, de un día para otro, ya ve
usted, a dormir a los pies de una papelera. Ahora comprendo cómo deben sentirse
Ibarra, Aznar, González, Zapatero, y los actores de Lost.
.- ¿Sugiere usted que Zapatero se reunió días atrás con Pablo
Iglesias por el síndrome del conejo abandonado?
Ya te digo. O
es por eso o es por fastidiar a Pedro Sánchez, que también es una opción. Nadie
se resigna a desaparecer definitivamente. Una vez que has estado ahí arriba, saliendo
y entrando de la chistera a los ojos del público, hay que ser muy fuerte y
tener muy bien amueblada la cabeza para retirarte sin más. El poder y el éxito
confunden al más pintado, son drogas tan
duras que llegan a hacerte creer que tú eres el mago en vez del conejo.
.- ¿Tomará medidas legales por su abandono?
Las medidas
legales en este país se ajustan a las medidas de tu monedero. A conejo pobre,
ley estrecha. Rumiar y callar. Si en lugar de encontrarme en una papelera me
hubieran encontrado en los fondos de la
caja B de un partido político pues igual me rescataban para comprar mi silencio
y ahora mismo estaría usted hablando con un conejo rico; pero, como no es el
caso, sólo me queda rumiar mi rencor a solas. Tenía que haber hecho caso a mi
madre y en vez de dedicarme al arte debí meterme a tesorero de un partido. Ahora,
míreme: ni siquiera sé si volveré a subirme a un escenario.
.- No desespere. El Presidente ha dicho que el empleo empieza
a remontar.
Eso es porque
en vez de conejos nos toman por chotos, y se chotean. En las condiciones que se firman hoy los
contratos laborales no se extrañe usted que a Tamariz le resulte más barato
contratar a un desempleado que mantener a un conejo. Y la gente sigue tragando.
Eso sí que es magia potagia.
Publicado en el diario HOY el sábado 24 de enero del 2015
La vida real hecha cuento con gran sentido del humor!
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