quédese con el cambio: septiembre 2016

BARRA DE TITULO

martes, 20 de septiembre de 2016

EL ÉXITO DEL BREXIT Y EL LOCO DEL EJIDO


Hay a quienes empalaga tanto grexit y tanto brexit para referirse a la salida de ciertos países de la UE, porque entienden que este acrónimo -un corta y pega del inicio del nombre de un país en cuestión (gre- de Grecia, que fue con quien se levantó la veda) y el -xit final del término inglés exit, que significa salida- es una claudicación del castellano.

A los puristas del idioma estas cosas les saca de quicio. Sin embargo, no es para tanto. Si buscan la palabra EXIR en cualquier diccionario de la lengua española- y cuando digo cualquiera me refiero a cualquiera, académico o extraacadémico, desde 1726 hasta el último, publicado en 2014-, encontrarán que es una palabra muy española, muy antigua, y que significa salida, aunque se nos advierta que es un término caído en desuso.

Y es que, tanto nuestro viejo exir como el vigente exit inglés, tienen un origen común: el latín exīre, salir, irse de un lugar. Es tan nuestro que lo encontramos en la primera manifestación literaria de nuestra lengua, es decir, en el Poema del Mío Cid, allá por 1140, conjugado en todas las formas posibles, como corresponde a una voz en plena vigencia. Así, tenemos:

 “Longinos (…)  ixió la sangre”.

  “Rachel e Vidas (…) ixieron amos”.

 “Yo me exco de tierra”. 

viernes, 16 de septiembre de 2016

Sabiduría de Séneca en Hércules Loco


 Enseñanzas de SÉNECA -Córdoba, 4 a. C. Roma 65 d. C., en su tragedia Hércules loco


·       1. Lo que los desdichados desean con demasiada fuerza, fácilmente se lo creen.

         2.   Los que temen excesivamente piensan que nunca podrá ser eliminado ni superado. El temor es siempre propenso a creer lo peor.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Vito, o sobre las palabras que se niegan a morir


Hay palabras de nuestra lengua que nos han acompañado por siglos. Algunas de ellas, como /kára/, de la que ya he hablado aquí, son más antiguas que nuestra propia memoria. Otras vinieron con los romanos y permanecieron con nosotros cuando ya los romanos no eran más que un recuerdo, si bien transformadas y maquilladas al gusto de los tiempos nuevos. Y otras, las menos, se agotaron en el camino y desaparecieron. O eso  puede parecer a simple vista. Son de esas palabras que nos encontramos a veces en los viejos libros medievales y que nos resultan del todo opacas, como si esos caracteres de los que se compone la palabra se hubieran transformado en huesos fósiles de un animal extinto. Podría decirse que las usamos como a mulos de carga; gastamos lo mejor de su edad y, una vez agotadas sus fuerzas, dejamos su cadáver en el osario, y a otra cosa, mariposa. Una de ellas es la palabra vito.

sábado, 3 de septiembre de 2016

MANUAL PARA REZAR CORRECTAMENTE EL PADRENUESTRO



Cuando los griegos y romanos se dirigían a los dioses empleaban un lenguaje retórico, cargado de miedo, respeto y engolamiento. Los judíos no les iban a la zaga. Fue el cristianismo el que introdujo esa modalidad de oración en la que uno se dirige a Dios como quien habla con su propio padre.

La verdad es que la oración nace como necesidad colectiva, pero la colectividad la pronuncia por medio de un emisario, el sacerdote, que es el único que tiene jurisprudencia en los asuntos sagrados. Nace y se mantiene por siglos como pater noster, oración que el sacerdote recita en latín y que el pueblo llano, a la vuelta de los años, se limita a escuchar sin entender ni una palabra de lo que está pasando. De ahí la conveniencia de convertir el pater noster en padre nuestro.

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