quédese con el cambio: noviembre 2013

BARRA DE TITULO

sábado, 30 de noviembre de 2013

EL ABUELO NO TIENE AEROPUERTO


Al héroe Aquiles le dieron a elegir entre una existencia breve y gloriosa o arrastrar una vida larga y anónima. Ya sabemos lo que escogió. Mi padre eligió lo contrario. Y a mí me ha costado medio siglo comprender que es esa la verdadera elección del héroe. Morir con las carnes jóvenes, narcotizadas por el bálsamo de una vida en aventura, no está al alcance de cualquiera, es un sueño romántico y elevado, vale, pero tiene un mérito relativo. Una lanza y un escudo pesan poco comparados con la carga de una familia numerosa y una cuota mensual a la Seguridad Social en el régimen de autónomos.

Hay días en que me levanto con ganas de repartir cuarenta y cinco mil caretas con el retrato de mi padre y pedir el balón de oro para él. Ronaldo nunca podrá hacerle tantos regates al aire ni meterle más goles al infortunio. Y digo mi padre como digo todos esos hombres y mujeres que nunca podrán preguntarles a sus nietos si les gusta el aeropuerto del abuelo, a los que nunca fichará Gas Natural, ni recibirán una llamada de Endesa para arreglarles la vida, por muchas luces que tengan. Cuando mis hijos dicen que van al cine a ver Los juegos del hambre mi padre sacude la cabeza y responde, a mí me vais a hablar vosotros de hambre, que nací en el 33. Nadie ha vivido más desencantos que esa generación de héroes. Mi padre cumple mañana ochenta años. Nació con la República, con eso está todo dicho. Traicionados por la izquierda y por la derecha. Quedan pocos y son de una raza extinta, con las espaldas de acero líquido como Terminator.

sábado, 23 de noviembre de 2013

ESA LUZ QUE SE APROXIMA

Estoy convencido de que en pocos años la industria del cine prescindirá por completo de los actores. En cuanto consigan abaratar costes en los procesos de animación, el que quiera ver un actor de carne y hueso tendrá que volver al teatro, si es que para entonces queda alguno en pie. Y no parará ahí la cosa. Cuando descubran que es fácil y económico diseñar un actor carismático, que no envejezca, que no precise de escoltas ni de clínicas de desintoxicación, el invento pasará de los cines a los partidos políticos. Como si lo viera. A nuestros nietos les gobernará un Kennedy o un Obama digital al que sólo habrá que irle escorando los discursos hacia la izquierda o hacia la derecha según exijan las encuestas. Algo parecido a lo que hacen ahora, pero pixelados y sin gastos de representación. Puede que suene muy a Ortega y Gasset, a deshumanización del arte o algo así, pero a poco que le demos unas vueltas descubrimos que la propuesta no carece de encanto. Para empezar, a nuestro líder no habrá que operarle la cadera una vez al año, lo que ya es un ahorro. Ni existirán los escraches. Por otro lado, a un dirigente digital, manipulado por un diseñador como Dios manda, no se le trasluciría en los gestos que te está tomando el pelo, que eso estresa mucho al votante.

martes, 19 de noviembre de 2013

Las brujas de Zugarramurdi

Las brujas de Zugarramurdi, de Alex de la Iglesia.


Nunca agradeceremos lo suficiente el esfuerzo de esos jóvenes directores de cine por sacar a la comedia española de los tópicos a los que parecíamos condenados a perpetuidad. El cateto de pueblo, el marica mariposón y travestido, el viejo verde, la chacha manirrota, la vieja frívola y avariciosa, el mozo salido. Carne caduca que ya sólo hacía gracia como arqueología. No hay duda de que Alex de la Iglesia es parte responsable de esta renovación de la comedia. Pero no precisamente en Las brujas de Zugarramurdi, donde todos los fantasmas del pasado renacen y toman carne en esta película que tiene unos primeros diez minutos espectaculares y prometedores, pero que declina hasta convertirse en un muestrario de tópicos hechos fotogramas.

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA MUCHACHA FEA


No imagino mayor infortunio para un músico que el que una enfermedad te rumie los tímpanos y te emboce en un silencio forzoso.   Nando Juglar ha pasado por ese trance. Y aún así, sonríe, lucha, persiste, se reinventa con una tenacidad que maravilla. Por eso el viernes pasado, en el día de su homenaje, el Lope de Ayala se hizo pequeño para tantos amigos que quisimos aplaudir su firmeza.

La primera vez que le escuché cantar fue a inicios de los ochenta. Yo tenía más pelo que Hilario Pino, menos años que una novia de Berlusconi, y soñaba con hacerle al mundo lo que el tesorero de un partido político le hace a una partida presupuestaria, comérmelo sin escrúpulos. Es decir, yo era joven, inocente y romántico. Ya entenderán por qué aquel día en que enchufé la radio y me salió Nando Juglar cantando lo de “ella es la más fea de cada calle, si alguien baila con ella es por compasión”, me dije: leñe, qué listo el tío, todavía no existen Belén Esteban ni Betty la fea y él ya les está haciendo la biografía.

sábado, 9 de noviembre de 2013

SIN FUTURO, SIN CIENCIA, SIN PALABRA

El futuro siempre fue el juguete preferido de los niños melancólicos, la habitación del pánico a la que corren cuando al presente le rechinan los engranajes como a un barco a punto de irse a pique. No sé si a los muchachos de ahora les seguirá pasando pero a mí me encantaba a mis diez o doce años fantasear sobre cómo sería el siglo XXI. En el 2000 los coches volarán, haremos excursiones a Marte y las personas nos teletransportaremos como telegramas de carne. Eso decía una enciclopedia que nos compró mi padre en los setenta. En esa enciclopedia había dos tomos que me maravillaban. El del cuerpo humano, donde me topé con la primera foto de una teta de mujer.  Y el tomo sobre el futuro. Diez años me costó descubrir que no todas las tetas iban a ser como la de aquella enciclopedia ni el futuro como lo pintaban en los libros. Con mucho, les concedo algunas aproximaciones. Los coches, por ejemplo, no vuelan, pero la gasolina está por las nubes. Excursiones a Martes tampoco hay, pero nos miramos los unos a los otros con el mismo recelo que si fuéramos marcianos.

domingo, 3 de noviembre de 2013

EL ARTE DE SER ABUELO


Michael Bublé es uno de esos cantantes que florecen a los pies de la tumba de Frank Sinatra. Ha estado estos días por España, arrojando su voz de medio barítono a una horda de admiradoras que a su vez le arrojan a él bragas y promesas de un amor eterno que muy pronto pasará de moda.

A Michael Bublé lo definen como un depredador de hembras, que es tanto como admitir su condición de triunfador y de barítono. Porque sucede que, en las óperas y en las zarzuelas, quienes se llevan a la heroína al huerto son los tenores, pero en la vida real son los barítonos quienes parten el bacalao.

PÁGINAS