Mujeres pescando, óleo de Vito Cano |
A los que pasamos las horas delante del ordenador nos recomiendan levantarnos cada cierto tiempo y echar una mirada al horizonte. Y eso que mi horizonte es un coñazo, la wikipedia del aburrimiento, pero hay veces en que te sorprende. El otro día, sin ir más lejos, jugaba España contra Portugal, me asomé al balcón y descubrí, en medio de la calle vacía, al fantasma del muchacho que fui hace treinta años. Yo le reconocí enseguida. Él a mí no. Cómo iba aquel muchacho de barbas negras, pelo bruno y ojos como carbúnculos encendidos reconocerse en este tipo calvo que le llamaba a gritos desde el balcón.