quédese con el cambio: 2010

BARRA DE TITULO

martes, 28 de diciembre de 2010

BREVE DICCIONARIO MUSICAL PARA ENTENDER UNA HISTORIA DE (DES) AMOR



      
  • Adaggio: Vas por la calle tan tranquilo, pensando en tus cosas, cuando de  repente: ella.
     Agitato: agitado, rápido, el cerebro se pone en marcha ¿la miro, le sonrío, le digo algo?
  • Allegretto: mantienes el paso, un poco alegre, no muy vivo, lo suficiente para que te vea
  • Allegro: Ella ha cruzado la calle. Tú la sigues, con paso vivo, alegre.
  • Andante: Ahí está, mirando el escaparate. No te alteres. Tú tranquilo, disimula, anda con parsimonia, como el que busca algo fundamental. Muéstrate como Pérsival ante el Santo Grial.
  • Apoyatura: Si no sabes qué hacer, el móvil es una buena apoyatura: haz como que recibes una llamada y te detienes fingiendo que hablas de negocios. Eso viste que no veas.
  • Appasionato: Te ha mirado. Objetivo cumplido. Con pasión y vehemencia sueltas un par de términos informáticos, a ser posible inventados. Eso la descolocará. Con suerte creerá que eres sobrino de Bill Gate.
  • Armonía: Estudias tu figura reflejada en el escaparate de esa tienda. Métete ese pico de la camisa por dentro, coño, que pareces un farraguas. En el amor, la armonía es la punta de esa daga a la que los autores de novela rosa llaman "el flechazo".

lunes, 27 de diciembre de 2010

LA MAGIA DEL TRES

La sabrosa magia del tres

Solía decirse hace algunos años que tres D definen la naturaleza de un periodista de raza: dipsómano, depresivo y divorciado. Ahora, con la Sara Carbonero y compañía, son las tres O: oportunista, ojazos y operada. Seguramente los periodistas, que son unos letrados, tomaron la idea de Baltasar Gracián que había dicho que para ser feliz había que seguir el camino de las tres S: santidad, salud y sabiduría. Si bien es cierto que éste había tomado prestada tal idea de Tales de Mileto, el cual deseaba siempre a sus amigos salud, riquezas y entendimiento. Pero si a usted le aburre la filosofía, no se preocupe, ahí tiene la canción de Los Tres Sudamericanos, que vienen a decir lo mismo, pero con más ritmo: “tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”.

En cualquier caso, a mí lo que me deja con la mosca detrás de la oreja no es que hayamos madurado tan poco desde Tales de Mileto hasta nuestros días, sino la obstinación del número tres, ese símbolo retorcido y sinuoso como una culebra o como un canto de sirena, o de los tres tenores.

Para empezar, y según aseguran testigos no presenciales, Dios creó al mundo en dos golpes de tres días; al séptimo, y hasta la presente, descansó. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son los tres pilares del Dream Team del cristianismo. Tres, las potencias del alma. Cuatro veces tres, el número de los apóstoles. Tres, las renuncias de Pedro. Tres, las cruces sobre el Gólgota. Tres y tres, la edad de Cristo. Tres, los días que estuvo entre los muertos. Y hasta los científicos, tan poco dados a la superchería, recurren casi sin querer a la taumaturgia del tres: diga treinta y tres, pide mi médico de cabecera cuando quiere ahondar en la negritud de mi pecho. Tres, las hijas de Elena. Tres, los mosqueteros de Dumas. Tres, los aviones que colisionaron sobre el Pentágono y las Torres Gemelas. Tres, los tristes tigres. Tres, las grandes religiones monoteístas. 

Pero, ay, únicamente dos son las Guerras Mundiales. A la tercera va la vencida. Si hay una Tercera Gran Guerra, ya no habrá otra. Afganistán, Palestina, Irán, Corea, África, palabras exóticas que nos suenan a lugares remotos, como si quedaran donde Cristo dio las tres voces. Y están ahí al lado. Una misma hambre nos hermana: la búsqueda de la paz y el disfrute.
Hoy ha salido un sol espléndido, como si quisiera decirnos: despabilaros, coño, que la vida son tres días. Pedid a los tres Reyes Magos menos MP3 y más que triunfe la cordura y la paz, que paren las bombas, el estrépito nocturno de las sirenas, el llanto aljamiado de los niños sin piernas y sin futuro.
Y si lo conseguís ¡tres hurras por el hombre!

sábado, 25 de diciembre de 2010

VILLANCICOS PARA UNA CRISIS




Oh, sin blanca en navidad, de nuevo,
y con más deuda alrededor,
lo del talante fue una quimera
y ahora es mensajera
de crisis o de algo peor.

Oh, sin blanca en navidad, y duele,
cuando hay una hipoteca que pagar,
y los de los bancos por la tele
se ríen de cuanto les debes,
y tú sin blanca en navidad.

..... ..... ..... .......

Navidad, navidad
dulce navidad,
el que se ría en este día
no está muy cabal.

Ha llegado Navidad,
y Botín alegre está,
engordando con tu pavo
en la paz del santo hogar.

Cascabel, cascabel
ponme un cascabel
es lo único que me queda
para ser tu perro fiel.

..... ..... ..... .......

Dime niño de quien eres
todo vestido de blanco:
soy el cobrador del frac
y trabajo para un banco.

Resuenen con alegría
los embargos de mi tierra
que ya no entiende ni Dios
donde coño está la izquierda.
...... ...... ..... .......


Un poco antes de que se monte el Belén
voy a contaros lo que ayer me ocurrió:
pongo la tele y sale el discurso del Rey,
lástima que hablara en su jerga de Borbón
ropopompón, ropopompón
no le entendí pero sé que le llené de orgullo y satisfacción.

Yo quisiera ser príncipe o en su defecto marqués,
tener un yate y esquiar en Baqueira Beret,
mas nadie es perfecto y soy republicano, ya ves,
y no poseo más que este pobre blasón
ropopompón, ropopompón
cuando el rey me vio de esta guisa ante él, se sonrió.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

EN OCASIONES VEO MUERTOS

Esta noche se me ha aparecido mi abuelo en sueños. Yo estaba sentado en el banco de un parque y él pasaba por allí, mirando no sé qué. Ni puñetero caso que me hizo. Por supuesto, no me sentó nada bien. Abuelo, le dije, llevas más de treinta años muerto y para una vez que te me apareces en forma incorpórea y finita no me dices ni pío, pues vaya mierda de sueño y vaya mierda de abuelo que estás hecho. Y mi abuelo, que para lo suyo es muy suyo se sentó a mi lado y me dijo, y qué coño quieres que te cuente, si cuando te dejé eras un crío y ahora ya tienes un pié puesto en el medio siglo. No nos entenderíamos. Vale, le dije, pero es que resulta que yo también tengo hijos, y algo podrás decirme que les pueda yo decir a ellos y marcarme un tanto, digo yo; coño, abuelo, signifícate, que algo habrás aprendido en tu oficio de fantasma. Y mi abuelo, viéndome tan desamparado en esto de ser padre de dos adolescentes, se sentó a mi lado, carraspeó un poco y me dijo: dile esto a tus niños:

.- No aceptes caramelos ni trajes de extraños, que los regalos nunca son gratuitos, a no ser que te dejen factura con IVA.

.- Si quieres ser original y distinto, sé amable y educado, que la educación y la amabilidad han sido en todo tiempo dos flores rarísimas y al borde de la extinción.

.- Desconfía de los que son optimistas en exceso: para ellos todo está siempre bien y eso lleva al inmovilismo. Los pesimistas suelen ser el motor del mundo, porque como no les gusta lo que ven quieren cambiarlo todo. Pero mejor desconfía de los que son pesimistas y optimistas por sistema. Nada en exceso, que dijo el clásico.

.- No juegues con las religiones, que las carga el Diablo.

.- Si en lo que concierne a Dios tienes alguna duda, olvídate de Dios y ama a tu duda sobre todas las cosas, que ella te hará un hombre libre.

.- Recela de la fe, que, aunque dicen que mueve montañas, nunca verás que contraten a un cura como Ingeniero de Puertos y Caminos.

.- Respecto al amor, sólo te digo una cosa: conócete a ti mismo, que, por más que oigas lo contrario, ni seca el cerebro ni te quedas  ciego.

Y de política nada de nada, que mil veces te tengo dicho que no traigas guarrerías a casa. 

Seguramente habría seguido más rato, porque treinta años de muerto dan para mucho, pero en esas sonó el despertador y nos fuimos cada uno a nuestros asuntos. Él a su muerte y yo a criar adolescentes, que no es moco de pavo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

RECETA PARA UN DIA DE NAVIDAD


Por la mañana, cinco churros y una poquita de leche.

Churro 1: el que se está haciendo con la política social, pobrecita: tan larga y penosamente conseguida

Churro 2: el que nos están metiendo con vaselina para ayudar a los bancos.

Churro 3: la suspensión de la ayuda a los parados y por nacimiento de un nuevo hijo.

Churro 4: seguir llamando socialismo a lo que en el resto del mundo se le llama, sin tapujos, capitalismo caníbal. 

Churro 5: la política del laicismo: hay quien cree que lo más moderno del mundo mundial es cerrar iglesias para abrir una mezquita. Qué equivocados estábamos los que pensábamos que el laicismo era separar la religión, cualquier religión, del Estado. Eso nos pasa por leer a Russell y a Ciorán en vez de escuchar la Cope y leer el BOE. Porque resulta que laicismo es abrirle las puertas del Tesoro del Estado a todas las religiones, supersticiones y fetichismos. Seguro que hasta la Iglesia de Tom Cruise y la de Kaká reciben más subvenciones que una concejalía de cultura.

Y, ¿qué hacemos los demás por mejorar el patio? Una poquita de leche.

A medio día, al rico pavo.

Tome usted un pavo cualquiera, sin escrúpulos y, preferiblemente, bien desplumado. Métalo durante una legislatura en un ayuntamiento y ya verá cómo le sale rico, rico.

Por la noche, algo ligerito.

Nueve de cada diez dentistas recomiendan irse a la cama con el estómago poco cargado, la cabeza expedita de problemas y la conciencia centrifugada. Son varias las cosas ligeras que se me ocurren para mascar antes de acostarse, pero sólo dejaré aquí las más jugosas y nutritivas, y rápidas.

1.- Tómese la opinión de un político y rúmiela durante unos minutos: por lo general son frases dichas a la ligera. Puede tomar cuantas le apetezca ya que al estar cocinadas sin grasa ni fundamento no engordan ni alimentan. Eso sí, es importante no tragarlas: se ha comprobado que producen lobotomías, pérdida de la alegría y delirios de grandeza. En caso de ingestión, llame a su médico de cabecera. Si no dispone de un teléfono no se preocupe: tome cualquier vomitivo o escuche los grandes éxitos de Alejandro Sanz.

2.- Cualquier concepto de Zapatero sobre la crisis: pero tiene usted que darse prisa, cambia tan ligero de parecer que es un plato que se enfría rapidísimo. Es lo que tienen los buñuelos de viento, que fríos no hay quien les meta el diente.

3.- Ahora bien, si usted es de los que tienen buen saque, inténtelo con un discurso de Rajoy. Allá usted. Este plato no es que sea ligero,  que lo es,  pero es que además es  un refrito  mil veces recalentado, que te  deja el estómago con sensación de vacío, y un runrún en las tripas que a mi me recuerda a las melodías de King África: poca letra, pero muy cargado de bombos.







viernes, 17 de diciembre de 2010

UNA COSA NORMAL



Menester es que el hombre que sea cabalmente sensato de nacimiento no dé jamás a sus  hijos  una  instrucción  extraordinaria, pues, aparte de la acusación de ociosidad que reciben, se ganan una envidia hostil de parte de sus conciudadanos. Porque, si enseñas nuevos saberes a los ignorantes, parecerás ser inútil de nacimiento, que no sabio; mas, si te toman por superior a los que aparentan saber algo complicado, resultarás fastidioso a ojos de la ciudad. 
(Medea, Euripides) 

No hace ni medio año que di una charla en un instituto sobre el humor en la literatura. Un tema, me dije, que divierta a los chicos y, si no puedo enseñarles algo, que les aparte al menos de la idea de escupirme bolitas de papel a la cara. Fui breve y no puse en peligro mi salud pero, no bien dije mi última palabra, los chiquillos huyeron espantados de la sala. ¿Un incendio? No: un aburrimiento. Tan solo un crío se acercó y me preguntó sobre el asunto. Resultó ser un gran lector y cuando quise ahondar en ello miró a todos lados y me dijo: chss, sea usted prudente, si mis amigos se enteran de que soy de los que leen lo más bonito que van a llamarme será empollón de mierda.

No digo yo que un chaval que en vez de la alineación del Barça sabe de memoria la Generación del 27 sea muy normal, pero a eso al menos es a lo que debería aspirar el sistema educativo de un país civilizado. Ese es el ideal, claro, pero cualquier padre sabe que una cosa es el ideal y otra muy distinta son las aulas. Cómo extrañarse entonces de que haya padres que prefieran asumir ellos mismos la educación de sus hijos. Bertrand Russell no fue nunca a un colegio y no le fue del todo mal. Aunque admitamos que Belén Esteban sí fue y le ha ido mucho mejor.

Esta semana el Constitucional ha obligado a unos padres malagueños a escolarizar a sus hijos a pesar de que el sistema que aplicaban ha demostrado ser excelente. Los críos hablan cinco idiomas, saben música, ciencias, filosofía y lengua muy por encima de la media. Su sistema será muy bueno, pero incumple un artículo del Constitucional. Podríamos adaptar el Constitucional a ese sistema, sí, pero eso implicaría cambiar muchas cosas. Además, confesémoslo, Russell nos asusta. Somos más de Belén Esteban. Una cosa normalita.


lunes, 13 de diciembre de 2010

LA PRIMERA VEZ


.- Házmelo suave, le dije, y sentí que en mis sienes se agolpaba la sangre, que la voz temblaba sobre la lengua, delatando una vergonzosa inexperiencia, oculta durante décadas.
.- No temas: todo va a ir bien. Relájate, abre las piernas con suavidad y, cuando te lo indique, empuja despacio, poco a poco, sin gestos bruscos.

Precisamente, aquella seguridad de mariscal de campo es lo que me sacaba de quicio. Después de todo, ella era casi un cuarto de siglo más joven que yo, y su templanza no hacía más que agravar mi nerviosismo. Tampoco es que fuese una mujer de bandera, pero tenerla así, tan próxima, y en mi primera vez... Sumiso, resignado, y sin añadir una palabra más a mi derrota agaché la cabeza, decidido a someterme por entero a su voluntad. 
 
.- Te noto algo distraído- me dijo entonces la chiquilla-; te advierto que irá mucho mejor si consigues no pensar en nada. Yo te ayudaré, pon una mano aquí y la otra aquí. Manténte despierto y atento pero, sobre todo, no me mires, como si yo no estuviera aquí, hazlo como si estuvieras solo.
.- ¿Como si estuviera solo?- pensé, escandalizado. El colmo del sarcasmo. Bastante difícil resultaba ya despegarme de sus ojos marrones, de su fuerte aliento a tabaco, de esa sensación de súbita pequeñez que se había adueñado de mis sentidos, agobiándome, como si la totalidad de su persona tratara de invadir cada uno de mis poros, para encima tratar de ponerme a pensar en eso tan abstracto y pueril como que ella no existía, que me hallaba solo en aquel lance y que todo el fastidio y la inmensa vergüenza que me paralizaban no eran sino producto de mi enferma imaginación. Si hubiera sabido cómo, habría sonreído, habría ideado alguna frase ingeniosa y habría salido de allí a toda prisa, pero mis nervios no estaban por la labor.

Por mis cejas comenzó a deslizarse una gota de sudor. De repente, esa maldita gota vino a detenerse justo sobre la punta de la nariz. Aquello me pareció el símbolo perfecto del ridículo. Quise eliminarla con un leve gesto, con un toque que pasase desapercibido a sus peritos ojos de maestra. Así, pues, levanté la mano suavemente, como un tahúr, y la llevé hacia mi cara, creyéndome a salvo.

.- ¿Qué haces? - gritó ella
Cerré los ojos, evitando contemplar la patética estampa de mi rostro reflejado en el pequeño espejo que había enfrente de nosotros; aún así, no fueron necesarios los ojos para sentir que aquello se paraba en seco. Un golpe brusco hizo que todo mi cuerpo se inclinara sin control hacia la derecha y en la confusión casi la golpeo con mi cabeza en su oreja.
.- No hagas eso jamás. Nunca levantes las manos sin mi permiso.
.- De acuerdo, de acuerdo, lo siento.- farfullé.
.- Está bien, dejémoslo por hoy. Para ser la primera vez no ha estado del todo mal. Ahora levántate y seguiré conduciendo yo -, concluyó la monitora.
.- Como quieras, respondí. Salí del coche apesadumbrado, más viejo, más vencido, y más humillado de lo que jamás soñé que podría soportar.

En la cafetería, frente a una infusión de tila, llegué a la conclusión de que quizás no sea tan buena idea sacarme el carné de conducir a estas alturas de mi vida, en las que ya toda novedad es un sofoco.

viernes, 10 de diciembre de 2010

HIJOS DE PROMETEO


Menos mal que al año le queda poco, porque entre el waka-waka y el wikileaks me tienen que no sé si sacar el whisky o el wínchester. Está visto que lo mejor para que una noticia pase de puntillas es machacarnos con ella a todas horas. Acabas mirando para otra parte. Y es una lástima, porque lo que está pasando es gordo. Y eso que aún hay quien asegura que podría ser peor, que, comparada con la realidad, los secretos de wikileaks son chucherías que las sabían hasta los de la wikipedia. Puede ser. No digo que 'wi' ni que no. En cualquier caso, las filtraciones de wikileaks no son lo grave del asunto, sino que aceptemos con tanta naturalidad que vivimos sobre una letrina. 

Nos hemos acostumbrado a que cada mañana, al levantarnos, el águila de Zeus nos muerda los hígados y a resignarnos, como si en vez de hombres fueramos Prometeo. Ya amainará un siglo de estos, nos decimos. Solo que, para un inmortal, desperdiciar un siglo, una generación o dos, carece de importancia, porque el tiempo no cuenta. Pero nosotros no somos Prometeo. 

Se nos escapa el tiempo tan rícamente mientras arrojamos nuestro futuro al wáter por el capricho de unas pocas naciones que juegan a las walkirias con el mundo. Y ni sé por qué las llamamos naciones cuando queremos decir multinacionales. Ese es el quid de la cuestión. Más que la basura que airea wikeleaks, más que los traspiés de Zapatero, más que el declive de Obama, lo que realmente debería inquietarnos es el giro radical y descarado que ha tomado occidente hacia la derecha. Una derecha retrógrada y gris, con el alma tapizada en números. Qué ironía: nosotros que éramos los hijos de Prometeo, la esperanza de la humanidad y, a fin de cuentas, nos hemos vendido a una mafia para la que sólo somos warismos.

                                                                              http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=549441

miércoles, 8 de diciembre de 2010

NADA CAMBIARÁ MI MUNDO


Algún dios dictó una orden de alejamiento entre el dinero y yo, que trato de incumplir cada mañana. Lo he intentado todo, incluso trabajar. Se conoce que al dinero le asusta incumplir los designios divinos y se aleja de mi como si mis dedos derritieran la plata. Allá él. Yo habría sido para el dinero un marido cariñoso. Y fiel. Amaría con devoción su tacto metálico y frío, idolatraría el sonido cantante y sonante de su voz como si de una diva de la ópera se tratara: jamás se la pegaría con una tarjeta de crédito ni con un cheque bancario. Qué ordinariez. Llamadme romántico si queréis, pero a mi hucha de cerdito le hice una funda de macramé de nudos chinos, por si un día el dinero cambia de opinión y le da por quererme. Puede que no sea yo digno de que entre en mi casa, pero, oye, el empujoncito de un puñado de ceros bastaría para sanarme.

Y supongo que con el talento pasa algo parecido. Lo tiene quien lo tiene, no el que lo busca. Y el que lo tiene lo gasta. Yo tuve, desde niño, un talento especial. Era un virtuoso del ensimismamiento y la melancolía. Era el Botín de las quimeras. Soñaba con tanta pasión que a veces hasta me salían pupas en el pensamiento. Al principio mis padres pensaron en llevarme a un médico. Al final pensaron en dejarme directamente en casa de un médico y salir corriendo. La cosa, lo admito, pintaba mal. Hasta que un día escuché a The Beatles. Mano de santo. Mi melancolía se canalizó. Aprendí a disfrazarme de hombre normal y salir a la calle como si en mi cabeza no pasara lo que pasaba. Narcotizaba mi pensamiento con una de aquellas canciones y podía estar en el mundo durante horas, hablar de coches, de fútbol, comprarme zapatos de cordel y jerséis de Lacoste y pantalones chinos con total disimulo. La voz de Lennon resonando en mi cabeza era como un chaleco antibalas. Contra ella nada pudo ya la melancolía. Hermano mayor, amigo del alma, nunca escaqueó su ayuda cuando la necesité. Ni siquiera cuando lo mataron. Aún hoy, cuando lo necesito, acude como si tal cosa. Es lo que tienen los genios, que van a lo suyo y ni se enteran de que están muertos.

Voy a cruzar el puente del medio siglo y es como si el niño aquel que fui no quisiera irse. Lo espanto con las manos y él me dice turutú: Nothing's gonna change my word. Pero es mentira, el mundo cambia, nosotros cambiamos, nuestro mundo se transforma en otra cosa sin darnos cuenta. Hasta que un día escuchamos una canción de aquellas que escuchábamos siendo críos y es como si pusiéramos al alma frente a un espejo. Cómo se estropean los cuerpos decimos a veces; cómo se estropean las almas, diríamos, si no fuera porque la música nos endulza los labios y nos hace más sabios en el silencio. 




martes, 7 de diciembre de 2010

ANSIA DE ARTE

Todos los ríos van a la mar, y la mar no se desborda. Esa frase del Eclesiastés siempre me causó inquietud. Me hace pensar, cuando estoy pisando una playa, que piso un recipiente sin límite y sin fondo, perfecto. Y eso mismo podría decirse de la literatura, de la pintura, del arte en general. Todo arte tiene como objetivo saciar una sed, y la sed nunca se sacia. El que abre un libro, por muy hermoso o muy sabio que éste sea, apenas está mojando los labios de un agua dulce y sabrosa, pero insuficiente. Siempre necesitará más y más. Y lo increíble  es que siempre hay más, siempre hay alguien escribiendo un libro nuevo, componiendo una nueva canción, pintando un lienzo. La sed es infinita,  pero la capacidad humana para crear belleza es aún más grande.

Es algo que me maravilla, por ejemplo, de los libros de Álvaro Cunqueiro. Los leo una y otra vez y siempre encuentro algo nuevo. Belleza original y reconfortante. Muy parecida a la que Vito García Cano inventa en sus cuadros. Ya lo he escrito en otras ocasiones. Lo que Vito pinta, como lo que Cunqueiro escribía, no son retratos para que uno los tome al pie de la letra. Son recreaciones personalísimas de alguien que ha decidido cerrarle las puertas a la maldad, a lo feo del mundo. Y no es escapismo, ni mucho menos. No es el falso optimismo de los ignorantes. Es supervivencia. Es un modo elevado que tiene la inteligencia de proteger al alma. 
Vivimos tiempos difíciles; quizás como el que han vivido todo los hombres de todos los tiempos. Pero nunca como ahora estuvimos tan indefensos ante  el bombardeo continuo de las barbaridades que ocurren en cualquier rincón del mundo. Resulta imposible escapar. En la tele, en la prensa, en internet, no se habla más que de crisis, guerras, desastres ecológicos. Ignorancia. Nada de esto es ajeno al arte de Vito Cano, como nada de su tiempo fue ajeno a Cunqueiro. Pero ellos no están dispuestos a añadir basura a la basura. Ni opinan ni critican ni juzgan. Solo crean un mundo distinto, menos doloroso, más humano. Un mundo donde uno se planta a la orilla de uno de estos lienzos y siente un infinito agradecimiento por esta sed inmensa de mirar al abismo, porque todas las angustias del hombre vayan hacia el Arte, y porque el Arte no se desborde.

sábado, 4 de diciembre de 2010

INVASIÓN ZOMBI



He disfrutado como un niño con The walking dead , una serie americana que pinta un mundo asolado por una invasión zombi. Por lo que yo sé, es la primera vez que se trata a estos engendros no como los monstruos que son sino como los seres humanos que fueron. En el primer capítulo, por ejemplo, uno de los supervivientes tiene ante el punto de mira el cadáver andante de su mujer y duda si disparar o no, porque, después de todo, ese muerto que camina es una carcasa cargada de significado. 
La cuestión es que, después de un par de capítulos, salgo de casa, por descongestionarme, y, para mi sorpresa, no hay ni un alma por las calles. Mi pueblo es un desierto. Y eso, después de tanto zombi, acojona. Esto va a ser lo de la invasión zombi, pensé yo; pero no, era el Real Madrid-Barcelona. Entro en un bar y, efectivamente, allí estaban todos. Abroncándole a la tele. Tú haz lo que hagan ellos y no te morderán, me dije, que, quieras que no, algo aprende uno con las series de zombis. Y eso hice. Grité, empujé, me tomé el café y salí de allí indemne. 

De vuelta a casa es cuando me dió por pensar que esto de los zombis quizás no sea una majadería de friquis sino una metáfora del mundo moderno. Si lo piensa uno bien, las filtraciones de Wikileaks lo que han puesto al descubierto es que al mundo lo gobierna un puñado de zombis indiferentes al dolor humano. O, más cerca, mire usted a Zapatero , que se cree en el mundo de los socialistas vivos sin darse cuenta de que los zombis del liberalismo hace tiempo que le convirtieron en uno de los suyos. Porque sonríe cree que vive. Con las elecciones ahí al lado, a la izquierda le tiembla el voto en la mano como un tiro de gracia. Después de todo, hoy es una carcasa vacía, pero un día tuvo mucho significado.

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=548095

sábado, 27 de noviembre de 2010

PARA CUÁNDO

En tiempos de Octavio Augusto la tecnología alcanzó suficiente nivel como para inventar la máquina de vapor. Pero a nadie se le ocurrió. Se conoce que no estaban preparados. Empezando por el propio emperador, que tenía en la cabeza cosas más importantes que el dedicar tiempo y dinero al bienestar de sus contemporáneos. Su afán por conquistar tierras y esclavizar hombres le valió una página en la historia, pero se perdió la penicilina y los viajes en tren. 

Han pasado dos mil años y los científicos siguen lamentándose de lo mismo. Con el dinero que los Estados van a invertir en la salud de los bancos los científicos mejorarían la salud de toda la humanidad. Hay quien dice que existen medios y ciencia bastante para alargarnos la juventud hasta los cien años, realizar trasplantes de órganos como quien recambia las ruedas del coche, ordenar la demografía mundial y acabar para siempre con el hambre. Pudiera ser. Pero, por algún oscuro motivo, los que podrían hacer realidad esta utopía se dedican a cosas que los ciudadanos de a pie apenas comprendemos. Más de cuatro millones de parados y Zapatero , para hablar de la crisis, se reúne hoy en Moncloa con los treinta hombres más poderosos del país. Hablarán de oídas, digo yo, porque dudo que estos hombres sepan lo que es vivir en crisis. Como en la de Augusto, en sus cabezas un tintineo de monedas y de egoísmo impedirá que distingan lo bueno de lo práctico. En Europa, la juventud se echa a la calle a pedir cuentas. España, mientras tanto, se limita a nadar entre la indiferencia y la incultura. El otro día llegó al instituto una madre exigiendo que a su hijo le diera clases de latín un profesor nativo. Definitivamente, el progreso está ahí fuera, pero no parece que estemos preparados para entenderlo.

 http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=546539



jueves, 25 de noviembre de 2010

POLTERGEIST


Por un descuido me senté anoche sobre el mando a distancia y la televisión se volvió loca. Era como si la pobrecilla fuera a morirse y pasara toda su vida ante mis ojos. 
Hágase usted una idea. Yo allí en mi sofá con una porción de pizza a medio camino entre el ser y la nada, sin saber qué estaba ocurriendo, mientras la tele vomitaba imágenes sin sentido a una velocidad de martillo. Tan pronto me hablaba el Rey como el Correcaminos. Una locura. 
Entonces comprendí lo que debió sentir Moisés delante de aquella zarza ardiendo parlanchina. Aún dudo si se trató de un poltergeist o de una revelación mística. 

Más menos, esto es lo que recuerdo.



La 6ª: Irlanda despedirá 24.750 funcionarios en un duro plan de ajuste.
T5: La economía española: en el punto de mira de Bruselas.
Antena 3: Los precios del Barça-Real Madrid alcanzan cotas históricas.
Aznar: la historia hará justicia a Bush y reconocerá su legado.
TVE: Irán tiene 5.000 centrifugadoras de uranio
Maestro Yoda: ...siento una conmoción en la Fuerza. 
Sarah Palin: Tenemos que estar al lado de nuestros aliados, como Corea del Norte, perdón, quise decir Corea del Sur. 
Informe Semanal: El Papa admite que Maciel fue encubierto durante años.
Saramago: mi sentimiento es que el mundo se ha vuelto loco...
Matías Prat: ...y cada día el de más gente.

martes, 23 de noviembre de 2010

Iniciación a la PREHISTORIA

AIDEMI
LECCIÓN SEGUNDA
Iniciación a la Prehistoria

Los historiadores no se ponen de acuerdo en acotar ese periodo al que llamamos Prehistoria. Por lo tanto, si fuéramos vagos, con decir que fue un periodo larguísimo, cubríamos expediente y nos quedábamos tan frescos. Pero como uno tiene sus lecturas, su pundonor y su EGB terminada, no nos conformamos con eso y diremos que la prehistoria abarca a ese tramo de tiempo que va desde la aparición del ser humano hasta la invención de la escritura; osea, que empezó unos seis millones de años atrás y concluyó hace unos cinco mil años. Tal que ayer.

Por cuestiones de pedagogía se suele dividir en tres edades: piedra, bronce, hierro, según dictaran las revista de moda femenina cómo debían ser las bragas en aquella temporada. Esta lección se centrará en la Edad de Piedra.

Edad de Piedra:     dividida a su vez en tres etapas.

Paleolítico. 6.000.000 a 12.000 a.C. Como todo el mundo sabe, hasta este instante el hombre, es decir Adán, vivía tan ricamente en el Paraíso, a base de subvenciones, pluses y trienios, y sin darle un palo al agua. Pero por discrepancias entre la patronal y el sindicato (que por razones obvias aún se llamaba sindicato único), al hombre lo expulsaron del Paraíso y tuvo que buscarse la vida. Eso sí que fue un palo. De ahí que a este periodo se le llame Paleolítico. Aún así, los hombres se aclimataron y no lo pasaron del todo mal. Aprendieron a vivir en paz y concordia, en grandes chalet de piedras, decorados con pinturas rupestres y con vistas al campo. Luego, con el tiempo, apareció el primer Botín, inventó la hipoteca y nuestros protopadres se vieron obligados a abandonar sus casas y salir de nuevo a buscarse la vida. Por eso se dice que eran nómadas. Lo dice Botín, claro. No obstante, también había momentos de sosiego, en los que trabajaban la piedra y el hueso, y fabricaban útiles herramientas e instrumentos musicales para los ratos de ocio, que no todo iba a ser trabajar, digo yo. De esta fecha, el grupo más famoso fueron Los Silex, cuyo éxito “Si yo tuviera una escoba cuántas hostias repartiría”, tenemos constancia en todos los yacimientos de Europa.

Mesolítico: Entre el 12.000 y 4.000 a. C. Aparece la agricultura y, hacia finales del periodo, el comercio. De ahí creo yo que le viene el nombre: mientras toda la aldea se partía los lomos arando, sembrando, recogiendo y moliendo el grano, un listo puso un mesón en el centro del pueblo y se puso las botas. En el mesón, sin embargo, los vasos seguían siendo de piedra, por eso lo de “mesolítico”, puesto que si llegan a ser de vidrio lo llamaríamos “mesovídrico”, como nadie ignora. 
Como mera anécdota señalaremos que en el Oriente Próximo ya era conocido el uso del bronce y del hierro y que hubo quién trató de introducir estos metales en la Península Ibérica, pero en cuanto se enteró la AMPA (Asociación Mesolítica de Padres Antiprogreso) arrojaron a los innovadores al mar y colgaron en las paredes de las cuevas de enseñanza de educación cavernaria arados de madera, de los de toda la vida.

Neolítico: Desde el 4000 al 1.200 a C. Recibe este nombre por el parecido que los hombres de este período muestran con los neocom actuales, osease, que eran unos friquis de las nuevas tecnologías, que en su caso eran el arado, el arco, la flecha y la rueda con llantas de aleación de piedra. Se les iba el día en mirarse el ombligo y en pintar cerámicas de terracota, sin caer en la cuenta de que, casi al ladito de ellos, al mundo le estaban dando la vuelta como un calcetín: aparecería la moneda, la religión, el Estado. Pero ellos a lo suyo, como si no fuera con ellos la cosa. Hasta que su mundo se fue al garete.
Y así fue como el hombre empezó su andadura, paso a paso, por el camino de la historia. Como un niño. Tan perdido, tan inútil, tan confuso, tan ciego, que se sirvió de dos muletas para no caerse. A estas dos muletas les dimos el nombre de Dios y Dinero. Dos apoyos que de tanto usarlos acabaron por atrofiar los miembros, hasta el punto de que hay quien los confunde con sus propias piernas. 

domingo, 21 de noviembre de 2010

AIDEMI

Primer Curso de AIDEMI

Con vocación no lucrativa y con el único deseo de ayudar a aquellos que llegan a nuestra tierra con el corazón cuajado de melancolía, el bolsillo desbordado de inquietud y la boca sellada por el desconocimiento, nace AIDEMI, es decir, Ayuda a la Integración Desinteresada en Extremadura de Mujeres e Inmigrantes.

Como no podía ser de otra manera, estos cursos comienzan por la enseñanza de la lengua y su uso pragmático, osease, en contexto. Es una lección fácil, para principiantes, asequible y útil a los que aún no conocen nuestras ancestrales costumbres y nuestro modo de interrelacionarnos, tanto entre nosotros mismos como con los foráneos.

LECCIÓN PRIMERA.

Dónde y en qué situaciones debe usted usar correctamente las simpáticas expresiones que escuchará con inusitada frecuencia en bares, cafeterías y supermercados, y que a continuación se enumeran.

.- Ese está como una verga.

.- Ese es gilipollas.

.- Ese es un capullo.

.- Ese es un tonto coño.

.- Ese es buena gente.

1.- Cuando alguien no se viste como usted viste, no come las comidas que usted come, peina raro, habla con acento o, vaya por Dios, profesa distinta creencia, debemos decir: ese está como una verga (cuidando siempre ubicarnos a suficiente distancia como para no ser oídos por el susodicho; o si nos mueve el justificable interés por fastidiarle o hacerle entrar en razón y afearle su conducta, cuidaremos al decir la frase estar rodeado por un número mayoritario de correligionarios, a ser posible con cara de pocos amigos y de no reír con los chistes del Gran Wyoming).

2.- Cuando alguien manifiesta amor por la literatura, la poesía, el teatro, por músicas de esas raras que no hay Dios que las entienda y que no hay narices de escucharlas en radio fórmula ni en los cuarenta principales, y, lo que es peor, es tan pringado que cede su sitio a las señoras y señores de edad, podemos usar la frase: ese es un capullo. (En este caso no es preciso guardar ni distancias ni estar entre mayoría numérica, pues este tipo de espécimen suele ser pacífico y rehuye los conflictos. En cualquier caso, se aconseja prudencia, pues suelen ser tipos letrados, cobardes y muy dados a demandas judiciales)

3.- Cuando usted vea a alguien que gasta mejor coche que el suyo o que posee una casa como la que usted lleva toda la vida soñando y es incapaz de conseguir, o tiene una pareja de las que quitan el hipo, no lo dude: ese es un tonto coño.

4.- Si se cruza con alguien que defiende una idea de esas que llaman de bien común y que llevándolas a cabo es posible que el mundo fuera mejor, la vida más vivible y el hombre más humano, pero de la cual es evidente que él jamás sacará provecho económico ni social y que, no obstante, la defiende poniendo en peligro su salud, su dinero, su tiempo y su prestigio, no lo dude: ese es un gilipollas.

5.- Si se habla de un superior del que usted cree o espera sacar beneficios, o sencillamente de alguien del que tiene constancia que habló bien de usted, diga sin reparos: ese es buena gente.


viernes, 19 de noviembre de 2010

DESMONTANDO MITOS




Científicos de la universidad de Wisconsin han demostrado que las siguientes leyendas urbanas carecen de fundamento:

.- Dormir con el móvil sobre la mesita de noche perturba el sueño y provoca cáncer. (Nueve de cada diez accionistas de Telefónica aseguran que cuantos más teléfonos hay sobre las mesitas de noche de todo el mundo, mejor concilian  ellos el sueño. De lo del cáncer, no saben no contestan).

.-Extremadura tiene el récord de fidelidad política por sus veinticinco años ininterrumpidos de gobierno socialista. (Aquí hay división de opiniones. Unos dicen que de socialista nada de nada, y otros que, de gobierno, menos que nada).

.- Las pulseras Power Balance no reactivan las neuronas ni tienen efectos sobre la salud, aunque la Ministra de Sanidad luzca una en su muñeca. (El jefe de Power Balance envió un comunicado eludiendo cualquier responsabilidad. Dice, textualmente: nosotros no tenemos nada que ver en el asunto; existen documentos que demuestran que la ministra ya era así antes de usar nuestra pulsera).

.-Aunque a los del PP les cueste creerlo, Zapatero no tiene la culpa del cólera de Haití ni de los amistosos de la Roja.

.- Si la derecha gana las elecciones, España sufrirá un retroceso en política social. (Falso y mil veces falso. Sólo la sufrirán los inmigrantes, los negros, los maricas, los abortistas, los ateos, los republicanos, los obreros y los pobres. Los españoles de verdad no tienen de qué preocuparse).

.- En un principio fue el Verbo. (En realidad, se sospecha que, más que un simple verbo, lo que Dios dijo al ver su creación fue: ahora sí que la he liado parda).

miércoles, 17 de noviembre de 2010

A MI MANERA

Abraham tiene ciento diez años. Fatigado y achacoso, conserva, sin embargo, la fe en su Dios como el primer día. Últimamente sufre visiones escandalosas, visiones que lo sacan a las tantas de la cama gritando consignas contra los infieles: ¡a por ellos, oé, oé!, o clamando el nombre de Dios en vano a los oídos titilantes de las estrellas. Los esclavos andan de los nervios, pero no dicen nada, que para eso son esclavos como Dios manda. La que está que se sube por las paredes de la tienda es Sara, su mujer, pero se muerde la lengua por no armar un espectáculo. 

Por eso, cuando el viejo Abraham comunicó a toda la familia que había recibido en sueños la orden de marcharse a tierras de Moira para celebrar un sacrificio, todos lo celebraron, aunque en un silencio respetuoso. Todos menos Isaac, el menor de sus hijos, al que el viejo había ordenado que lo acompañara. 

El crío quiso protestar, pero su madre le dijo: y a ti qué más te da, y el chico se vino a razones, porque en aquellas fechas ni había botellón ni happy party y los fines de semana eran más bien un coñazo, con perdón. De modo que a Isaac no le hacía gracia la idea de pasar el viernes noche con el viejo, pero obedeció. Y eso que un esclavo joven y con una sola oreja le vino a mitad de la noche a contar que el verdadero propósito de Abraham era sacrificarlo a Dios, tal y como le había ordenado un ángel en una visión. Los jodíos ángeles siempre fastidiando a la juventud. Isaac se acojonó, pero no dijo esta boca es mía. Sencillamente se acostó y se puso a maquinar un plan. Eran otros tiempos y los planes de estudios aún no habían maleado las neuronas de los niños, de modo que una noche en vela daba para mucho, como se verá.

A la mañana siguiente, Sara y el resto de la tribu contempló en silencio la marcha del patriarca. Esto le faltó a Abraham de ponerse a llorar cuando vio los rostros compungidos de su pueblo, pero se contuvo, no fuera que Pérez Reverte luego se cachondeara de él en los papeles. Saludó con temblorosa mano, y salió de la aldea. Ni un quilómetro llevaban recorrido cuando se escuchó el sonido estridente de las chirimías, las fanfarrias y los timbales. Abraham, con el corazón ingenuo de los tiranos, pensó que entonaban cánticos rogándoles al Señor que lo devolviera sano y salvo, y sintió agradecimiento en su corazón. En realidad, la música era una licencia que Sara concedía a los esclavos para festejar el alivio de unos días sin estrés.

En la tercera jornada de camino, divisaron el lugar que en sueños Dios le había indicado. Abraham ordenó a los criados que se quedaran junto al asno y obligó a Isaac a que lo acompañara monte arriba.
.- Padre mío, dijo el niño.
.- ¿Que si he “comío”?, sí, hijo, gracias.- dijo Abraham, dando claras muestras de decadencia física.
.- No padre, que digo que llevamos el fuego y la leña, pero no veo el cordero del holocausto por ninguna parte.- gritó Isaac.
.- Tú métete en tus asuntos y déjate de cachondeo.
Así fue como llegaron al lugar idóneo para el sacrificio. Abraham levantó un altar, hizo subir allí a su hijo y luego lo ató de pies y de manos. Corría una brisa casi primaveral, pero Isaac sudaba como en pleno Julio. Alargó Abraham la mano y empuñó el cuchillo para degollar a su hijo. En ese momento se oyó una voz entre los zarzales:
.- Detente, Abraham.
.- Más fuerte, más fuerte.- dijo Isaac.
.- ¿ Qué dices, hijo?
.- Suerte, maestro, suerte. Sólo eso.
.- Detente, Abraham, detente.- tronó ahora la voz, con un esfuerzo tan manifiesto que casi soltó un gallo.
.- Heme aquí, dijo Abraham arrodillándose.
.- Anda, anda, suelta ese cuchillo y no hagas una barbaridad.
.- ¿Cómo dices?
.- Que no levantes el brazo contra tu hijo, pues ahora sé que eres temeroso de Dios y ni tu propio hijo me has negado.
.- En eso tiene razón, ahí te ha dado.- dijo Isaac.

Alzó Abraham los ojos y vio que había un carnero enredado por los cuernos en la maleza. De haber tenido menos años, el que el carnero luciese sobre el lomo un tatuaje idéntico a los corderos de su propiedad quizás le hubiese sorprendido, pero Abraham estaba demasiado mayor y demasiado excitado para tales menudencias. Llegóse a él Abraham, lo apresó y lo ofreció en holocausto. Eso sí, un poco disgustado con la poca atención que prestan los jóvenes a las viejas tradiciones, porque mientras él mataba al cordero, su hijo se entretenía en regatar no sé qué servicio con un esclavo al que le faltaba una oreja. Cosas de la gente joven.

lunes, 15 de noviembre de 2010

QUÉ CRUZ (LA DE AQUEL DÍA)

CRUCES CON LAS QUE UNO CONVIVE, MUY A SU PESAR



  1. Qué cruz de gente que dice: No, si yo socialista soy como el que más, pero a la Cruz, al Papa, al Rey, a la Banca, que no me la toquen que me cago en los muertos de cualquiera. Chico, tú no eres socialista, tú lo que eres es un ansioso, ¿qué vas a dejar para la derecha?
  1. Qué cruz de este remordimiento que me produce desayunarme cada día con la llantina de los pobres bancos que este trimestre sólo han ganado seis mil millones de euros. Dan ganas de poner la voz de Matias Prat y decirles:  iros al carajo a ver si reventáis (ese es mi sueño, y cada día el de más gente).
  1. Qué cruz de esos tipos que juegan a confundir al personal. Pienso, por ejemplo, en Sánchez Dragó y esa manía suya por ponerse en plan Hawkins a confesar en la vejez su afición por los agujeros negros asiáticos. Coño, decídete: o eres de ciencias o de letras, pero no nos líes.
  1. Qué cruz de no tener un fondo económico europeo que palie los estragos que causa la dislexia entre la clase política. Con un poquito de ayuda a lo mejor los pobres dejaban de confundir “progreso” con “darla con queso”. Algunos hasta creen que “demo-cracia” significa “demos-gracias-que-aún no nos pillaron”. Haga una prueba: cuando pase junto a un político dígale como quien no quiere la cosa "democracia", verá como le suelta un “de nada”, y se queda tan fresco.
  1. Qué cruz de los que creen que renovar la enseñanza pública consiste en que cada año los libros de texto cambien de editorial.

sábado, 13 de noviembre de 2010

SIMBOLOS


Cuando la mente se pone perezosa construye símbolos. En Cervantes no cabe toda la literatura española como en The Beatles no caben todo los sesenta ni en una paella cabe España entera, por más que se empeñen los restaurantes de la costa. Los convertimos en símbolos para no profundizar en literatura, en música ni en culinaria. 

Por eso creo yo que cuando hablamos de la guerra de los crucifijos lo que queremos decir en realidad es que, para no entrar en debates serios, nos andamos por las ramas de los símbolos. Porque un crucifijo, si se mira bien, es a la religión lo que la paella a la cocina española: un palo que cualquier cocinilla conoce pero que cada uno entiende a su modo. Para unos representa el sacrificio y el amor y para otros la represión y el fanatismo, del mismo modo que unos ven en un plato de paella el colmo de la exquisitez y otros una horterada para turistas. 

Dudo que sea serio, y hasta dudo que sea religioso, considerarse más cristiano por tener colgado en la pared un crucifijo, del mismo modo que no sería serio que para dar testimonios de nuestra españolidad tuviéramos que colgar en el salón de plenos de los ayuntamientos la estampa de un plato de paella. Lo que quiera que signifique un crucifijo es, o debería ser, íntimo, sincero y personal. Y si uno cree que por pedirle deseos a la imagen de un hombre crucificado se convertirá en inmortal después de muerto, allá cada cual. Pero eso nada tiene que ver con la cosa pública ni con la enseñanza pública ni con la sanidad pública. 

En mi humilde opinión, hay que seguir profundizando en el asunto de los símbolos hasta llegar a ver en un crucifijo un simple pedazo de madera y en un hombre un simple pedazo de carne que más se aproximará a la luz cuanto más se aleje de los símbolos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

TINIEBLAS

Después de las tinieblas espero la luz. Esta frase ha servido para reconocer una Edición Príncipe del Quijote que dormía una modorra de siglos. Me gusta la frase. Evidencia una ironía y una confianza en sí mismo que son como un escupitajo arrojado contra quienes le amargaron la vida. Lástima que a Cervantes la luz le llegara cuando ya tenía los ojos comidos por los gusanos de doscientos años de olvido. Conozco a pocos que en medio de las tinieblas sean capaces de intuir la luz. Tal y como están las cosas, ya es mucho si cuando ves la luz entre las tinieblas no es un automóvil que se te viene encima.

Yo no sé si la época actual es de sombra o de luz, pero presiento que siempre vivimos la misma época, varados en nuestra condición de seres con el norte perdido. La mitad del mundo se escandaliza de las caricaturas que de ellos hace el otro mundo. Con lo fácil que sería entenderse si nos enseñaran que ningún Dios nos hizo como calco de su imagen, sino, poniéndonos positivos, como caricatura de sí mismo. Debería bastar con mirarse al espejo. Pero algo debe haber en todo este asunto de fomentar las tinieblas que les trae cuenta a unos y a otros.

Se dice que hubo un tirano en Libia llamado Psafón que enseñó a los loros a decir “Psafón es un gran Dios” y luego los soltó por la selva. Cuando los nativos escucharon el prodigio les entró el miedo en el cuerpo y adoraron a Psafón como a un verdadero Dios. Ahí tiene usted la palabra clave: el miedo. No hace mucho unos científicos encontraron una isla en Nueva Guinea y enseguida supieron que aquellas eran tierras vírgenes porque los animales no conocían el miedo al hombre. Ya lo irán conociendo. Deles tiempo. Aprenderán lo que es el hombre, el miedo y las tinieblas.

ARCO DEL TRIUNFO



Paco Suárez, huyendo del agobio que le causaba su trabajo como vendedor de productos de todo a cien, se hizo budista y se entregó a la fatigosa tarea de los ejercicios yóguicos y a la meditación trascendental, esa que tiene como objetivo detener el zigzagueo del pensamiento. 
 Como Paco Suárez, además de místico, era extremeño de nacimiento y de vocación, se entregó con tal fervor a la causa que a la vuelta de pocos años consiguió su objetivo. Detuvo el zigzagueo de su pensamiento. Pero tanto lo detuvo y tan brusco fue el parón, que ya nunca más encontró el modo de ponerlo en marcha.   

Su éxito fue grandioso y su triunfo tan sonado que los compañeros de manicomio le mostraban su respeto usando la socavonadura de su labio inferior como cenicero.

lunes, 8 de noviembre de 2010

HISTORIAS DE MAMBRÚ

Después de tanto tiempo no recuerdo sus nombres, aunque sí sus rostros y hasta me parece oír el murmullo de sus rezos en la oscuridad de aquellas noches.
Estábamos los cuatro en la trinchera, asustados, nerviosos, perplejos ante un destino que no acababa de clavar su metralla en nuestras carnes, casi adolescentes. El cabo, como si quebrando el silencio venciera al miedo, se inventó un juego macabro: cada uno de nosotros tenía que contar en qué modo le gustaría recibir a la muerte. Puede que ahora parezca una estupidez, pero, en esos instantes, la muerte era el único pensamiento posible y todos, sin excepción, secundamos el juego. Uno dijo que quería acabar fulminado bajo un obús, sin tiempo para el dolor ni la cobardía. Otro, por el contrario, pretendía sostener la mirada a la muerte hasta el último instante. Yo, por mi parte, no oculté mi miedo a morir, cualquiera que fuese la forma; pero, puestos a elegir, prefería una muerte honrosa y rápida, como la que proporciona un proyectil en la frente. Por último, estaba aquel soldado taciturno y sombrío, con el color de las mieses pintados aún en las pupilas. Apenas si sabía hablar mejor que una mula, pero en su lenguaje tosco nos confesó un profundo desapego a la vida, a la que odiaba con la fuerza de los desheredados que han visto todos los horrores de la guerra. Tan sólo sentía pánico por una cosa: el dolor. Y para huir de él, en cada asalto, se ataba una pequeña pistola en la mano, por si caía herido o prisionero.
Aquella terrible confesión nos amordazó a todos durante el resto de la noche. En el breve fulgor de los cañonazos yo contemplaba sus rostros demudados y el triscar silencioso de los labios, orando a dioses antiguos.
Por fin oímos el silbato del sargento ordenando avanzar, y abandonamos el sucio agujero gritando como posesos. Después de un momento de confusión, de balas, bombas, gritos, me parapeté tras un risco junto a otros camaradas. Y de repente el silencio. Y de repente unos gritos inhumanos, desgarrados. Me asomé con cautela y vi una pistola atada a un brazo desencajado y sangriento. Pero a mi compañero no pude verlo. Solo sus gritos, en los que no había palabras, sino un aullido terrible y animal. Más de una hora estuvimos soportando aquel lamento horroroso hasta que, vencido por el asco y la piedad, corrí hacia su trinchera. Allí estaba el pobre campesino, como un guiñapo humano, destrozados los brazos y las piernas, aullando sin percatarse de mi presencia, ciego de dolor. 
Sin mirarle a los ojos, palpé su sien con mi fusil, y dejé que el amanecer naciera en silencio.


De Esa extraña familia de la que te hablé 

El circo

Si usted mete el nombre de George Clarke en Google se encontrará con una historia verdaderamente fascinante. Se trata de un joven restaurador de cine que, analizando con un zoom especial la película El Circo , de Chaplin , ha descubierto, mezclada entre la multitud, a una misteriosa señora de negro, con un gran sombrero ocultándole buena parte del rostro, hablando por un aparato que tiene toda la pinta de ser un teléfono móvil. Nada extraño, si no fuera porque la imagen está tomada a las puertas del Grauman´s Chinese Theatre de Hollywood, en 1928. El restaurador está tan alucinado con este descubrimiento que ya lo llama, sin ambages, la primera constatación de un viaje en el tiempo. 
Yo he visto el video y no sé qué pensar. En estos tiempos tan falsos, igual resulta ser el montaje de unos friquis informáticos que una encubierta campaña de publicidad. Pero me encanta la idea de un futuro donde la gente vaya de crucero por el tiempo con la misma tranquilidad con la que hoy en día visitamos las ruinas del Mediterráneo. Igual a estas horas alguien está pagando para ser testigo de la inauguración de la torre Eiffel, que tuvo lugar un 6 de noviembre de hace muchos años; o por asistir, en un 6 de noviembre más cercano, al primer concierto de los Sex Pistols. Quién sabe. Puede incluso que estén en España, testigos de primera mano de cómo los primitivos hombres del siglo XXI hacían cola ante un anciano de blanco que se decía representante de Dios en la tierra y que siendo cabeza de la secta más ostentosa y clasista del planeta, predicaba la igualdad y la pobreza. No se fie: si caminando por la calle descubre una figura solitaria que ríe pOr lo bajo mientras lee las noticias de la prensa, cuidado: puede ser un turista del futuro.

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL MISÁNTROPO

Cuando niño temía el vaivén desbocado de los columpios y recogía mis rodillas entre el pecho por miedo a golpear con las punteras de los zapatos el lomo de las estrellas. He ido arrastrando ese gesto compungido y medroso por los años como Caín su estigma fratricida por el mundo. He sido siempre una sombra taciturna: el que mira con recelo los juegos atrevidos de los demás niños; el adolescente educado que sonríe a la portera, pero que a la vuelta de una esquina apedrea a los perros lujosos que salen en la noche a mearse en los templos; el joven misántropo que descifra la prosodia húmeda de los besos que siempre dan otras bocas de otros cuerpos de otros hombres y disimula su turgente lascivia con el rostro adusto de los tímidos.

Y el miedo me condujo al odio. Odiaba al mundo porque el mundo es despiadado con los cobardes. Me odiaba a mí mismo por no encontrar el coraje suficiente para tejer una venganza proporcionada a mi odio. Y mientras tanto, me resarcía ayudando a cruzar las aceras a los ancianos y a los ciegos, a los que atenazaba el brazo con tal rabia que los depositaba en la otra orilla preñados de moretones. Y por las noches, incapacitado para navegar sobre océanos de carne, me hice navegante de Internet. Allí descubrí que los hijos de Caín somos legión. Que el miedo y el odio campeaban sobre una multitud soterrada y ansiosa de resarcirse de una vida condenada al fracaso por la aptitud pusilánime de los optimistas.

Entonces fundé www.misántropo.es.- la Asociación para la Venganza de los Misántropos. Y a mi grito de combate acudieron a cientos, a miles, los solitarios y resentidos. Por fin, organizados, ascendimos a los puestos que por derecho nos pertenecían. En un principio, humildes presidentes de asociaciones de vecinos, concejales de parques y jardines; más tarde, alcaldes, consejeros, ministros, hasta que, gracias al esfuerzo y la ayuda de todos ustedes, amigos y amigas, he llegado a Presidente del Gobierno.



del libro Esa extraña familia de la que te hablé

miércoles, 3 de noviembre de 2010

RENTABLE METAMORFOSIS

José Pérez, también conocido como maestro Vashidenanda, llegó a tal perfección en el arte yóguico de la postura del loto que sus alumnos sólo por el olor reconocieron que llevaba tres días muerto. Al tocarlo, se deshizo como una estatua de arena y, efectivamente, el menos devoto de sus discípulos, al llevarse los dedos a los labios, llegó a afirmar que aquella sustancia no podía ser ceniza como los demás pretendían, sino común arena de playa. Ni siquiera le escucharon cuando, llevado de su audacia, se empeñó en poner una demanda judicial contra el Vashidenanda, afirmando, con razones de heterodoxo, que la milagrosa metamorfosis del maestro tenía cierta relación con la súbita evanescencia del capital social de la secta, que, dicho sea de paso, era un pico.
Ni qué decir tiene que los píos discípulos no sólo obviaron tales argumentaciones calumniosas, sino que lo echaron de la comunidad como a un perro y, ahítos de orgullo espiritual, cambiaron el nombre de la secta, pasando de Hijos del Penúltimo Sol a Testigos de la Iluminación de Vashidenanda el Grande. Desde entonces, cada cierto tiempo, el reprentante de Vashidenanda en la tierra desaparece de forma milagrosa y súbita, casi siempre coincidiendo con la desaparición del capital social, dejando, eso sí, una esfigie de arena. Otra cosa no tendrán en el mundo de las sectas, pero admitamos que las tradiciones las llevan a rajatabla. 

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