MEDEA, de la Cólquida a Eurípides
Sacado del
libro:
Mitos,
viajes, héroes, de Carlos García Gual
Taurus 1985
La primera mención literaria de la leyenda de los Argonautas la encontramos
en la Odisea, siglo VIII a. C. Es en el
canto duodécimo, cuando Circe expone a Ulises el futuro incierto de su
navegación y le menciona los peligros de las Rocas Errantes.
Desde esta primera mención en el poema homérico hasta la versión épica de
Apolonio de Rodas –siglo III a. C.-, que es la única versión completa que nos
ha llegado de la leyenda, pasan cinco siglos. La famosa leyenda, bien conocida
ya en tiempos de Homero, fue objeto de numerosos tratamientos literarios en
época arcaica y clásica. Conservamos, sin embargo, tan sólo dos obras de época
clásica referidas a la misma: la Pítica IV de Píndaro -siglo V a.C.- y la Medea de Eurípides –siglo IV a. C.-, que
enfocan aspectos diversos de la saga, y desde perspectivas muy diferentes.
Píndaro nos ofrece un tratamiento lírico de la hazaña de Jasón, Eurípides una
versión trágica del final de los amores de Jasón y Medea.
También Hesíodo - siglo VII a. C.-, en la Teogonía, menciona a los
personajes centrales del mito, relatando la ascendencia solar de Medea y el
triunfo de Jasón. Para Hesíodo la historia tuvo un final feliz. Del matrimonio
con Medea nace Medeo, que resulta el héroe ancestral y epónimo de los medos. A Medeo
lo educa el centauro Quirón, que ya había educado a su padre Jasón en su retiro
montaraz. La versión trágica de los amores de Jasón y Medea ignora a este hijo,
y postula, en cambio, otros dos, asesinados por su madre.
Jasón es, en estos poetas, un héroe que ha traído a las tierras de Grecia
el vellocino de oro y a Medea, hija de Eetes, nieta de Helios.
Pero un poeta de Corinto –Eumelo, siglos VIII/VII a.C.- insinúa en el mito
una variante: Medea no era una princesa lejana, sino la heredera del trono
corintio. Eumelo es el primero en situar a Medea en la genealogía corintia y el
primero en relatar que Medea dio muerte a sus hijos, aunque su versión difiere
mucho de la de Eurípides.
En Eumelo –según cuenta Pausanías siglo II d. C, en
su Descripción de Grecia -, aunque
Medea mata a sus hijos, no lo hace por despecho y en venganza del abandono de
Jasón, como sucede en la versión trágica de Eurípides. En Corinto ella es la
reina y Jasón el extranjero. Medea trata de hacer inmortales a sus hijos
mediante un ritual relacionado con el templo de Hera, pero fracasa y los niños
quedan muertos. Jasón no perdona a Medea su impremeditado crimen.
In nuce, (en germen) aquí está el
conflicto trágico que Eurípides presenta en una nueva, distinta, dimensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario