Si un extraterrestre, por un casual, parase a repostar en España y preguntara al gasolinero qué significa esa hilera de gente acompañando en procesión a una figura de madera, el gasolinero se vería en un serio aprieto. El traje y los ornatos son de una riqueza manifiesta, con lo que el extraterrestre, con esa lógica que gastan los que han estudiado en galaxias muy, muy lejanas, concluirá que somos un pueblo la mar de rico.
Pues no, mire usted –dice el gasolinero-, no sólo nos llega el agua al cuello sino que estamos con un pie en la ruina y el otro en la miseria.
Entonces, dice el ET turista, la única explicación que se me ocurre es que ustedes andan aún en esa fase semisalvaje a la que J.G. Frazer en su libro La rama dorada llamó “magia homeopática”, por la cual se piensa que lo semejante atrae a lo semejante; de donde, ustedes, animalillos inocentes, deducen que haciendo una estatua semejante a un dios pondrán a los dioses de su parte.
Y como a nadie le gusta oírse llamar semisalvaje y animalillo inocente, y mucho menos si eres gasolinero de guardia, nuestro compatriota, con la pistola de repostar aún entre las manos, exclama: quieto ahí, don extraterrestre, que yo ni sé quién es el tal don Frazer ni líbreme el señor de tener yo más libros que el de la Belén Esteban, y si sacamos a muñecos en procesión y les vestimos de oro y plata como a José Tomás y les cantamos saetas, no es por homeopatía ni por homeoleches sino por puro españolismo y amor a las tradiciones, que en eso no encontrará quien nos doble la oreja, por muchas galaxias que usted recorra.
Mohíno y contrito, por no decir llanamente mosqueado, el extraterrestre regresa a su nave, pero decidido a averiguar qué diablos es eso del españolismo que tanto ha hecho estremecer al paisano. Empleando el método científico, que para eso es extranjero, empieza su estudio interrogando a los occidentales más próximos. El francés dice que somos los vecinos sucios y ruidosos instalados en los bajos del bloque. Para los ingleses somos el pueblo con más gemelos del mundo, aunque luego el extraterrestre descubra que tal afirmación es fruto de que los ingleses siempre que visitan España es para emborracharse y por eso lo ven todo doble. Los alemanes, prácticos y lacónicos, nos retratan con una sola palabra: manodeobrabarata. A los americanos, sin embargo, les bastan dos preguntas: ¿España? ¿Y eso qué es?
Nadie consigue con un par de trazos retratar el alma de un pueblo, a no ser que seas Esperanza Aguirre. Pero nuestro extraterrestre no se rinde. Decide preguntar a los propios españoles. Nunca se viera en mayor aprieto. La esencia de lo español, según unos, consiste en ser taurino, monárquico, religioso y del Madrid. Otros, que lo que diga Esperanza Aguirre, pero al revés. Lo gracioso es que si a nuestro ET le diera por publicar las conclusiones de su estudio y quisiera que lo leyeran en España tendría que firmarlo Belén Esteban, esa escritora que, pasando del castellano, de literatura, de cultura y de demás zarandajas intelectuales, define en sí misma la esencia de lo español y, casi, casi, de lo extraterrestre.
Publicado en el diario HOY el sábado 26 de abril de 2014
No se puede expresar con más claridad y calidad nuestra esencia patria, esa marca España que es el hazmerreír del mundo y la vergüenza de los que todavía osamos seguir pensando por cuenta propia, un número, por cierto, cada día más escaso.
ResponderEliminarPermíteme aplaudirte puesto en pie Florián, has escrito en esta entrada lo que yo llevo años pensando y que no supe nunca expresar.
Saludos cordiales.
Gracias, J. Galán, siempre has sido muy amable con mis escritos, y yo te lo agradezco. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente artículo. Totalmente de acuerdo.
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