De
un circo ambulante instalado en la localidad cacereña de Fresnedoso de Ibor ha intervenido la Guardia Civil dos cocodrilos del Nilo y tres serpientes pitón al no poder su propietario certificar el origen ni su introducción
legal en territorio español. Hasta aquí todo
normal y lógico. Lo que estaban lejos de sospechar los eficaces agentes del
SEPRONA que procedieron a la incautación de los animales es que, bajo la piel
de lo que ellos tomaron por vulgares Crocodylus
niloticus y Pyton reticulatus, se
camuflaba una familia de trabajadores extremeños. Según fuentes de todo
crédito, los presuntos impostores son, en realidad, dos trabajadores autónomos del
sector servicios y tres funcionarios públicos resentidos. Conque nos echen en
la jaula el IRPF retenido en la nómina de un diputado regional ya nos apañábamos,
dicen que gritaban los saurios al ser esposados por los agentes.
Este
reportero que les habla, siempre al filo de la noticia, y en su constante afán
por mantener a sus lectores informados, se desplazó sin demora hasta la zona
cero a recoger las impresiones de los detenidos. Lógicamente, lo primero que
pregunté fue cómo llega una familia a tal punto de degradación. La culpa es de
mi marido que es un ingenuo, me respondió la Crocodylus niloticus madre. Fíjese
si será cándido que todavía insiste en que Felipe González es socialista y el
rey campechano.
Ante
tales acusaciones, el Crocodylus niloticus padre agachó el hocico, suspiró y me
pareció ver cómo se enjugaba dos lágrimas de cocodrilo antes de decir en su
defensa: no, si el caso es que mi señora tiene razón; soy un incompetente;
buscando ofertas de trabajo en las páginas de un periódico encontré uno donde
en el mismo párrafo leí la palabra circo y fondo de reptiles y me lié, pensé
que sería para un cargo político; luego nos enteramos de que era para cubrir el
puesto de las culebras y los cocodrilos y nos dijimos “bueno, si la cosa va de
arrastrarse y de tragar sapos, somos autónomos, somos extremeños, nos sobra
experiencia”. Y aquí estamos.
No
es tan duro como parece, salió al quite la mayor de las Pyton reticulatus; nosotras antes éramos médicos de atención
primaria en un centro de salud de Almendralejo y allí también había que
arrastrarse lo suyo, no crea; nos hacían usar nuestro propio coche para atender
a las urgencias y temimos que ese era el paso previo a que nos obligaran a
sacar de nuestra propia casa los termómetros, las tiritas, las compresas, así
que nos dijimos: puestos a que se rían de una, mejor que lo hagan en un circo.
Al
jefe de la policía las medidas de la familia niloticus reticulatus le parecieron extremas y promete lanzar un
comunicado para que no cunda el ejemplo entre la población, sobre todo teniendo
en cuenta las declaraciones de no sé qué cargo oficial afirmando en prensa que
Extremadura es la región donde menos creció la pobreza durante la crisis. El crocodylus niloticus padre se mostró plenamente
de acuerdo con el la declaración oficial: aquí no crece ni la pobreza. Ni crece ni desaparece.
Sólo cambia de piel, como los reticulatus.
Publicado en el diario HOY el sábado 22 de febrero del 2014
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