Cerrado al desaliento |
En las oraciones que al pie de la cama rezaban las madres romanas cuando
iban a dormir a sus hijos había una súplica para que al despertar tuviera el
niño el alma que le correspondía. Despertarte limpio de recuerdos o sucio de
recuerdos ajenos, debe ser una faena. Yo me pregunto si no será eso lo que nos
ocurre a los españoles. Por poner un ejemplo, pienso en las alabanzas a Felipe
González con motivo de los treinta años de su primera victoria el 2 de
Diciembre del 82. Sólo tienen sentido en quien se levantó con el alma amnésica.
Felipe
González decepcionó a más gente que ZP, más que Aznar, más que Rajoy, de los
que ya apenas esperábamos nada. El mayor mérito que puede adjudicársele a FG es
el de ser el padre de la abstención en España. Los que en el 82 teníamos veinte
años y depositamos en el bolsillo de su chaqueta de pana el voto imberbe de
nuestra ilusión primera, llegamos a la treintena con una lección aprendida: que
tras una promesa fácil se esconde un olvido más fácil. Torero de salón, nos citó
con la izquierda y nos mató con la derecha. Aún sangra la herida. Si es que no
me falla la memoria.
artículo publicado en el periódico Extremadura el 8 de diciembre del 2012
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