Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la desidia. Es un fantasma fatigado de su propia historia, que pasea por su reino con una mortaja de púrpura y armiño, grilletes de oro y todo el tiempo del mundo para aburrirse. Pero bajo su pecho asmático aún palpita un corazón en forma de clavel latiendo a ritmo de fado cada 25 de abril.
Regresará hoy a muchas radios europeas la voz de Zeca Afonso como una consigna de un tiempo muerto, y las manos jóvenes y las no tan jóvenes cambiarán el dial porque la copla ha de sonarles a ultratumba. Grándola Vila Morena, terra da fraternidade. Música muerta para un tiempo muerto. Solo si la reinterpretara Sabina o Extremoduro podrían encontrarle algún sentido los chicos y chicas jóvenes.
Mi hija, quien por cierto cumple justo hoy 17 años, bosteza si le recuerdas que su cumpleaños coincide con el aniversario de la Revolución de los Claveles.Y, lejos de irritarme, me felicito por ese bostezo. Qué otra cosa podrían buscar aquellos que hicieron posible el fin de una dictadura. Es el bostezo de la normalidad. Salir a la calle con el pelo pintado de azul. Elegir tu religión o pasar de religiones. Elegir tu opción sexual, tu opción política, tus maneras de vivir. Sacar a mear al perro y cruzarte con dos chicos que pasean su ternura cogidos de la mano. Em cada esquina um amigo, em cada rosto, igualdade . Que nada humano nos sea ajeno, que de las ideas no nazca la sangre. Para eso hace un pueblo las revoluciones.
Pero un efecto secundario de la normalidad, ay, es la desidia, el aburrimiento. El ímpetu de los pueblos languidece entre corrupciones y crisis financieras y, casi sin darnos cuenta, entre bostezo y bostezo, nos vamos convirtiendo en ciegos guiados por locos. El escritor Alonso Guerrero lo dice a menudo: hay que volver de vez en cuando a la canción protesta, a la poesía con sentido, al teatro de reflexión. Que los que mandan no olviden que el pueblo es un dogo que, en cuanto siente que le aprietan el collar más de lo debido, pasa del bostezo al mordisco.
Perfeito, muito perfeito. Excelente crónica. Continuamos com bons amigos em Espanha. Obrigado por palavras com sentido.
ResponderEliminarBendito sea el aburrimiento que produce la calma. Sin embargo, tienes toda la razón. Forma parte de los males de nuestra raza: la negligencia, que junto con la indolencia, configuran la idiosincrasia peninsular.A esto lo precede la envidia; pero hoy no toca. España y Portugal, que para mí es lo mismo, o sea, la vieja Iberia, por desgracia, se conforman con muy poco.
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